Del otro lado del velo me llegan señales a través de las velas

Soy una obsesionada de las velas. Me encanta encenderlas y el ambiente que dan. Pero ahora ya no son solo un adorno para mí: se han convertido en una línea directa con mis guías, mis ángeles y mis muertos.

La primera vez que me ocurrió, estaba escuchando el podcast de dos de mis mentoras en la mediumnidad. Se llama “Medium Curious”, por Jane Morgan y Sara Rathke. Tienen un episodio que se llama “The Monarch Episode”, donde comparten las historias que les envían sus oyentes sobre las señales que reciben del más allá.

Como ya les conté en un blog anterior, mi abuela me envía mariposas monarca; de hecho, llevo una tatuada en el tobillo en honor a ella. Pues mientras escuchaba las increíbles historias, me asomo a ver cómo se quema mi vela morada para la conexión espiritual, y ahí estaba, en el medio de la vela, una monarca. Desde entonces he visto varias.

Mariposa

En el centro de la vela. Esta fue la primera vez que vi una.

Mi tío me envía libélulas. Él es uno de mis guías en este momento de mi vida. Me acompaña inseparablemente desde que diagnosticaron a mi hija con leucemia en el verano de 2025. Es un artista, ya que ha logrado dibujar libélulas en las velas verdes que enciendo para pedir por la salud de mi hija.

Libélula

Es realmente espectacular. Es igual a la libélula de amatistas que había comprado el día anterior por mi cumpleaños y en honor a mi tío.

Su padre, mi abuelo —a quien no conocí, pero que viene a saludar en las sesiones de mediumnidad que a veces tengo—, me manda búhos. Y él también, tremendo artista, ha logrado pintarme un búho en la vela.

Búho

Si se fijan bien, se ven los dos ojos redondos y el cuerpo, sobre la mecha

Por último, hace unas semanas les dije a mis guías espirituales —al colectivo de guías que sé que tengo— que de ellos esperaba corazones. Y para mi sorpresa y agrado, he empezado a ver corazones.

Corazón

Este fue el primero que recibí

Les comparto esto para enseñarles que, para comunicarnos con nuestros guías y nuestros seres queridos, no necesitamos ser médiums. Solo necesitamos estar atentos para lograr ver dónde están las señales. Nuestros seres queridos, ángeles y guías siempre encontrarán la forma de hacérnoslas llegar, siempre y cuando estemos dispuestos a verlas.

Corazón

¡Y siguen llegando!

Si quieres adoptar esta forma de comunicación, las velas deben ser de colores, pero blancas por dentro. Yo vivo en Barcelona y las encuentro en las tiendas de barrio. Por suerte, ¡todos venden estas velas!

¡Suerte! Y no dejen de enviarnos sus fotos si reciben las señales.

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